Quimioterapia
Antes que nada, la quimioterapia es un método de tratamiento que se sirve de una combinación de fármacos administrados con sumo cuidado y bajo una estricta supervisión, para el tratamiento del paciente con cáncer. Sin duda, hoy en día se clasifica como uno de los principales protocolos que se utiliza para el tratamiento de las neoplasias; a que se ha comprobado su alta efectividad a la hora de detener el crecimiento de las células cancerosas y su multiplicación.
¿Cuáles son las diferentes aplicaciones de la quimioterapia?
Generalmente la quimioterapia es administrada en combinación con otros tratamientos (la radiación y la cirugía se encuentran entre los más frecuentes). Sin embargo, en función de lo que se espere lograr al terminar el ciclo completo, es posible identificar algunas aplicaciones muy precisas:
Terapia curativa:
Es el fin principal de cualquier tratamiento contra el cáncer, siempre y cuando ésta sea una opción factible; es decir, cuando la enfermedad ha recibido un diagnóstico temprano.
Terapia neoadyuvante:
Es empleada antes de una cirugía para tratar de controlar la expansión del tumor y de esa manera poder manejar favorablemente los tratamientos complementarios. Este es uno de los usos más frecuentes y efectivos; en cuyo caso el especialista programa la cirugía en función de los resultados obtenidos.
Terapia adyuvante:
En estos casos se procura evitar la propagación del cáncer (metástasis); toda vez que ha sido aplicado otro método previo para controlar el mismo, generalmente una cirugía.
Terapia paliativa:
Se enfoca en ofrecer mayor bienestar al paciente con cáncer cuando éste ha sido diagnosticado de manera tardía, no es posible operar o a pesar de ello su situación es compleja y su enfermedad se encuentra avanzada.
Monoquimioterapia / poliquimioterapia:
Estos métodos de administración de quimioterapia varían en la forma de aplicar el tratamiento. Mientras que el primero consiste en la aplicación de un solo fármaco para controlar la neoplasia, el segundo se orienta hacia la combinación de diferentes compuestos.
Cada uno de estos métodos es aplicado según el tipo de cáncer, características del tumor y otros aspectos que han sido evaluados por el especialista.
Radioquimioterapia concomitante:
Finalmente, esta forma de quimioterapia combina el ciclo de fármacos con tratamientos de radioterapia, de manera que éstos ayuden a potenciar el efecto de uno o ambos respecto al tumor.

¿Qué tipos de medicamentos son aplicados en quimioterapia?
Como resultado de la elección del tratamiento con medicamentos; existe una gran cantidad de fármacos antineoplásicos que deben ser seleccionados y administrados cuidadosamente según lo que se desee obtener para beneficio del paciente.
En este sentido, es posible que algunos medicamentos funcionen de diversas formas e incluso lleguen a provocar efectos secundarios generales en algunos casos o con variaciones de persona a persona.
También es importante saber que el médico especialista evalúa cada uno de los fármacos para seleccionar cuáles pueden llegar a combinarse, cuál es la frecuencia adecuada de administración y en qué momento es preciso llevar a cabo su aplicación.
Agentes alquilantes
Primero encontramos este grupo que reúne beneficios para el tratamiento de muchos tipos de cáncer, entre ellos leucemias, linfomas, mielomas, sarcomas, cáncer de ovario o pulmón. En cualquier caso, se trata de fármacos muy potentes que afectan y producen daños a nivel del ADN celular para impedir que el cáncer avance, limitando la capacidad de reproducción de las células.
No obstante, esta acción en apariencia ventajosa, puede convertirse en un problema si llegara a excederse la dosis; ya que el daño provocado por este tipo de medicamentos puede llegar a afectar la médula ósea y en consecuencia provocar leucemia algunos años más tarde. También dentro de este grupo cabe mencionar las Nitrosoureas; agentes alquilantes capaces de llegar al cerebro para el tratamiento de algunos tumores que allí se desarrollan.
Antimetabolitos:
Luego se ubican los antimetabolitos, un grupo de fármacos que altera las moléculas de ADN y ARN para impedir igualmente su capacidad reproductiva. En particular, este tipo de fármacos antineoplásicos se aplica comúnmente en el tratamiento de cáncer de seno, ovarios o los desarrollados en el tracto intestinal; al igual que leucemias y otros tipos de cáncer.

Antibióticos antitumorales:
Inhibidores de la toposomerasa:
De la misma manera, estos fármacos también conocidos como alcaloides de origen vegetal, cumplen una función precisa al alterar las enzimas topoisomerasas (encargadas de separar secciones del ADN para que éste pueda copiarse luego a sí mismo).
En este sentido, son medicamentos comúnmente usados para el tratamiento de diferentes neoplasias del tracto intestinal (estómago, colon, recto, páncreas), ovarios, pulmón y leucemias.
Inhibidores de la mitosis:
Del mismo modo, otros alcaloides de origen vegetal son los inhibidores de la mitosis; una función celular básica que permite la división celular como parte del proceso de formación de células nuevas.
Como resultado de esta alteración, es posible que otras células sufran daños importantes que les impidan sintetizar las proteínas necesarias para su reproducción; lo cual puede provocar otro tipo de consecuencias.
Corticoesteroides:
Finalmente, los esteroides son hormonas naturales o sintéticas que por lo general se administran tanto para el tratamiento del cáncer como otro tipo de patologías; ya que influyen sobre el metabolismo y el sistema inmune. En este sentido, gracias a sus propiedades antinflamatorias e inmunosupresoras forman parte del grupo de medicamentos empleados en quimioterapia.
Consideraciones finales
Aunque la quimioterapia es uno de los principales tratamientos aplicados a nuestros pacientes con cáncer, sus efectos adversos pueden causarle grandes molestias y deterioro. En consecuencia, a pesar de que esta afectación es transitoria, puede llegar a provocar toxicidad; afectando las condiciones generales de salud del paciente, causando debilidad y en ocasiones haciéndose necesaria la interrupción temporal del tratamiento antineoplásico.
Así como los efectos secundarios varían según el medicamento que ha sido administrado; las náuseas, vómitos, pérdida de cabello, anemia, diarrea, estreñimiento y/o hemorragias se cuentan entre los más frecuentes.
