Cáncer de Tiroides
¿Qué es el Cáncer de Tiroides?
La glándula tiroidea forma parte del sistema endocrino. Desde su ubicación en el cuello, se encarga de secretar hormonas tiroideas que regulan el metabolismo y el crecimiento. Cuando las células tiroideas presentes en sus tejidos se vuelven dañinas y se multiplican sin control; estamos en presencia de un cáncer de tiroides.
La tiroides tiene forma de mariposa. Consta de 3 partes fácilmente identificables:
- Lóbulo derecho.
- Lóbulo izquierdo.
- Istmo.
A su vez, la glándula presenta 2 tipos de células:
- Células foliculares. Encargadas de producir la hormona tiroidea (que regula el metabolismo).
- Células C o parafoliculares. Encargadas de producir la hormona calcitonina (que regula el aprovechamiento del calcio).
Los tipos de cáncer varían según las células en donde se desarrollan y pueden crecer en cualquier parte de su anatomía. Es frecuente que en la tiroides también ocurra la formación de nódulos tiroideos (benignos); cuyos protocolos de tratamiento son diferentes.
Síntomas
Los síntomas pueden ser variables de un tipo a otro; no obstante, el cáncer de tiroides se identifica con los siguientes:
- Presencia de un bulto en el cuello, que en ocasiones crece aceleradamente (nódulo tiroideo).
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
- Voz ronca.
- Tos.
- Dificultad para tragar y dolor en la garganta.
- Dificultad para respirar.
Es importante recordar que muchos tumores benignos presentan la misma sintomatología; motivo por el cual no existe certeza de cáncer hasta que no se realicen las pruebas diagnósticas que indique el especialista.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de tiroides involucra varios métodos, entre ellos podemos mencionar:
Análisis de sangre
El especialista puede realizar pruebas de sangre para medir los niveles de tirotropina (TSH) y de tiroxina (T4) en sangre. Los niveles anormales de estas hormonas tiroideas pueden indicar la presencia de un problema en la tiroides, entre ellos cáncer.
Examen físico del cuello
Inicialmente, el médico realizará un examen físico del cuello para buscar la presencia de cualquier bulto o protuberancia que pueda indicar cáncer de tiroides.
Biopsia con aguja fina
Si se encuentra una protuberancia durante el examen físico o en un ultrasonido, se puede recomendar la realización de una biopsia con aguja fina. Este procedimiento implica la extracción de una pequeña cantidad de tejido de la tiroides para ser examinada en busca de células cancerosas.
Captación de yodo radiactivo
La captación de yodo radiactivo es un examen que se utiliza para medir la función tiroidea, el cual involucra la administración de una pequeña cantidad de yodo radiactivo por vía oral, para posteriormente medir cuánto de este yodo es absorbido por la tiroides.
Gammagrafía tiroidea
La gammagrafía tiroidea es una prueba diagnóstica donde se usa un marcador radiactivo para monitorear la estructura y funcionamiento de la glándula tiroides. Mediante la gammagrafía, se puede evaluar cuánto marcador absorbe la glándula tiroidea de la sangre, pudiendo obtener imágenes que dan información precisa sobre el tamaño, forma y posición de la misma.
Tratamiento
El tratamiento para el cáncer de tiroides puede incluir una o varias de estas opciones:
Cirugía para extirpar la tiroides y los ganglios linfáticos
La cirugía es el tratamiento quirúrgico más común para el cáncer de tiroides. Durante el procedimiento, se extirpa la glándula tiroides y, en algunos casos, los ganglios linfáticos cercanos a ella.
Tratamiento con yodo radiactivo para matar células cancerosas restantes
Después de la cirugía, se puede administrar tratamiento con yodo radiactivo vía oral para matar cualquier célula cancerosa residual. El yodo es absorbido por las células tiroideas, incluyendo aquellas que pueden quedar después de la cirugía, ayudando a destruir hasta las células ocultas.
Quimioterapia para destruir las células cancerosas
La quimioterapia se utiliza frecuentemente junto al tratamiento con yodo radiactivo en los casos de cáncer de tiroides avanzado que se han propagado fuera de la tiroides.
Terapia de hormona tiroidea
Después de la cirugía, se pueden recetar hormonas tiroideas sintéticas para reemplazar las hormonas que normalmente produce la glándula tiroides. Esta terapia ayuda a prevenir la recurrencia del cáncer y controlar los niveles hormonales.
Radioterapia externa
En algunos casos, se puede utilizar radioterapia externa para destruir las células cancerosas en la glándula tiroides. Este tratamiento consiste en administrar radiación desde una fuente externa dirigida específicamente al área afectada.
Tipos de Cáncer de Tiroides
Existen varios tipos de cáncer de tiroides, los cuales se diferencian por el tipo de células afectadas y su comportamiento:
- Diferenciados. Se forman en las células foliculares y son el tipo más común.
- Medulares. Son más difíciles de identificar y mucho menos frecuentes; se forman en las células C.
- Anaplásicos. Su tratamiento es más complejo, pero su ocurrencia también es mínima. Este raro tipo de cáncer se cree que evoluciona de otro preexistente.
En tal sentido, podemos decir que los tipos de cáncer de tiroides más frecuentes son:
Cáncer papilar de tiroides
Es el tipo más común de cáncer de tiroides y se origina en las células foliculares de la glándula tiroides. Tiende a crecer lentamente y generalmente tiene un buen pronóstico.
Cáncer folicular de tiroides
Este tipo de cáncer también se origina en las células foliculares de la tiroides, pero tiende a ser más agresivo que el cáncer papilar. Puede diseminarse a otros órganos como los pulmones o los huesos.
Cáncer medular de tiroides
Se origina en las células C de la glándula tiroides, las cuales producen la hormona calcitonina. Este tipo de cáncer puede ser hereditario y también puede estar asociado con otras enfermedades endocrinas.
Cáncer anaplásico de tiroides
Es el tipo más agresivo de cáncer de tiroides y se caracteriza por crecer y diseminarse rápidamente. A menudo se diagnostica en etapas avanzadas y tiene un pronóstico desfavorable.
Preparación para la cirugía
El cáncer de tiroides por su diversidad de presentaciones posee muchas opciones de tratamiento que seguramente tu especialista te ayudará a comprender con mayor precisión.
En estos casos además del tratamiento quirúrgico y farmacológico; trabajar el aspecto emocional del paciente es sumamente importante para que no se resista a aplicarse el tratamiento que corresponda.
Por otra parte, teniendo en cuenta que en muchos casos la predisposición genética implica un mayor riesgo de cáncer; es conveniente conocer un poco más estas patologías, para lo cual puede ser un buen apoyo contar con un genetista.
Causas y factores de riesgo del cáncer de tiroides
En la mayoría de los casos, no se conoce la razón exacta por la cual se desarrolla el cáncer de tiroides. Sin embargo, se han identificado algunos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de padecer esta enfermedad, entre ellos se encuentran:
Radiación
La exposición de la tiroides a la radiación es un factor de riesgo probado para el cáncer de tiroides. Esto puede incluir tratamientos médicos previos que involucraron radiación en la región del cuello como radioterapia para tratar otros tipos de cáncer en la cabeza y el cuello, o exposición a radiación durante la infancia.
Factores genéticos
Algunos casos de cáncer de tiroides pueden estar asociados con cambios genéticos heredados. Por ejemplo, ciertos síndromes genéticos como el síndrome de Gardner, el síndrome de Cowden y el síndrome de Carney pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
Exposición a la Dieta alta o baja en yodo
La deficiencia o el exceso de yodo en la dieta pueden aumentar el riesgo de cáncer de tiroides. El yodo es un nutriente esencial para el funcionamiento adecuado de la tiroides, y su desequilibrio puede afectar la salud de la glándula tiroides.
Sexo y edad
El cáncer de tiroides es más común en mujeres que en hombres. Además, el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides aumenta con la edad, especialmente después de los 40 años.
Tiroiditis de Hashimoto
La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune que causa la inflamación crónica de la glándula tiroides. Las personas con esta condición tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de tiroides.
Enfermedades benignas
Algunas enfermedades benignas de la tiroides como los adenomas tiroideos y los nódulos tiroideos, pueden aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de tiroides.
Exposición a ciertos químicos
La exposición a ciertos químicos como, por ejemplo: el amianto y el benceno, puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides, aunque esta asociación no está completamente establecida.
Prevención y complicaciones
El cáncer de tiroides puede “prevenirse” tomando las medidas adecuadas para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, tales como: evitar la exposición a la radiación ionizante y someterse a pruebas regulares para detectar cualquier bulto o protuberancia en el cuello. También es importante tomar en cuenta el historial médico y los antecedentes familiares, ya que ciertas afecciones pueden incrementar el riesgo de cáncer de tiroides.