Recomendación de ejercicios para pacientes con cáncer
Sin duda, mantenerse en constante actividad física ayuda a preservar la funcionalidad cardiorrespiratoria, la movilidad de las articulaciones y la elasticidad muscular; siendo este el principal motivo por el que existen ejercicios para pacientes con cáncer.
Desde un punto de vista oncológico, la actividad física moderada proporciona un efecto terapéutico que contribuye a mejorar el estado de ánimo y sobrellevar muchas secuelas de los tratamientos (entre ellas la fatiga, los vómitos y la pérdida de masa muscular); mientras mantiene el cuerpo más fuerte para seguir avanzando.
¿Por qué y cuándo es recomendable la actividad física en pacientes con cáncer?
Anteriormente, existía la creencia que el paciente con cáncer se recuperaba mejor de los efectos secundarios de sus tratamientos manteniéndose en reposo, algo que es completamente contrario. El descanso debe ser suficiente pero no excesivo.
El sedentarismo incrementa la debilidad muscular por atrofia, que, a su vez, produce cansancio, acumulación de grasa corporal y disminución de su autoestima y motivación.
En consecuencia, muchos pacientes tratan de mantener un programa propio de ejercicios, mientras que otros prefieren acudir a un fisioterapeuta o entrenador personal que le proporcione un programa personalizado que se adapte a su condición física y la situación concreta de su enfermedad.
De hecho, es recomendable que el ejercicio se realice con familiares o amigos (mejor aún si se realiza al aire libre), con metas realistas, avance progresivo y no demasiado ambicioso para que resulte satisfactorio y no frustrante. Es habitual que las personas con cáncer experimenten pérdida de masa muscular debido a los tratamientos oncológicos, especialmente cuando el paciente es sometido a quimioterapias y radioterapias.
Es por ello que la actividad física debe incluir actividad aeróbica, como caminar o subir y bajar escaleras; con ejercicios que ayuden a trabajar la fuerza para evitar la pérdida de tejido muscular. Los ejercicios de equilibro, como andar de puntillas o mantenerse de pie con un solo apoyo, también son una gran elección.
Tipos de ejercicios recomendados según su condición
Básicamente son tres las cualidades físicas que debemos entrenar:
Ejercicios para la capacidad cardiovascular o aeróbica. Entre ellos se encuentran las actividades que generan resistencia como caminar, correr, montar bicicleta, nadar, bailar...
Ejercicios para aumentar la fuerza muscular. Son los que ayudan a mejorar la capacidad de vencer una resistencia determinada; como levantar peso, empujar, traccionar, entre otros.
Ejercicios de flexibilidad. Permiten alcanzar un rango articular o amplitud de movimiento de las articulaciones.
Evidentemente, los mejores ejercicios para pacientes con cáncer serán aquellos que trabajen estas tres cualidades. En realidad, son los mismos que debe hacer cualquier persona sana, pero cuidando mantener una intensidad y duración adaptada a la condición física y el estado de salud o etapa de tratamiento del paciente.
Ejercicios de rehabilitación para pacientes con cáncer
Después de mencionar las razones y beneficios del entrenamiento durante el proceso oncológico, vamos a conocer los ejercicios de rehabilitación más comunes para pacientes con cáncer:
Entrenamiento de fuerza con frecuencia de trabajo. Consiste en alternar 2 días de trabajos no consecutivos, con 48 horas de descanso entre cada sesión.
Adaptar ejercicios multiarticulares. Esto ayuda a mejorar la coordinación de diferentes grupos musculares; maximizando la ganancia de fuerza y produciendo un mayor gasto calórico. Se trabaja un circuito de 8 a 10 ejercicios que desarrollen la fuerza, aplicando entre 12 y 15 repeticiones en cada uno de ellos; con descanso entre series de 1 - 2 minutos.
Rango del movimiento. Implica un recorrido completo con inicio y final. Se debe alternar parte superior e inferior, flexores y extensores.
Resentimiento muscular. Consiste en establecer una carga progresiva y una serie de ejercicios que van de simples a compuestos.
Acondicionamiento de músculos abdominales y paravertebrales.
Finalmente, para la ejecución de estos u otros grupos de ejercicios es importante contar con algunos materiales de apoyo como bandas elásticas de resistencia, mancuernas o máquinas.
Ejercicios para personas con cáncer de mama
La recomendación general tras el tratamiento del cáncer de mama es utilizar el brazo afectado de la manera más natural posible; por ejemplo, para realizar actividades cotidianas, como cepillarse el cabello, vestirse o comer.
En particular, existen diversos ejercicios dirigidos a pacientes con cáncer de mama, los cuales puedes realizar de forma terapéutica:
Respiración profunda: Siéntate en una posición cómoda. Inhala suave y profundamente a través de la nariz, llenando el vientre de aire y exhalando por la boca hasta completar de 3 a 5 respiraciones profundas.
Apertura y cierre de la mano: Siéntate o ponte de pie. Cierra suavemente el puño y luego abre la mano. Realiza una o dos series, repitiendo lentamente hasta 10 veces.
Ejercicio de agarre: Coloca una toalla pequeña en tu mano. Con suavidad, aprieta el objeto y relaja, haciendo una o dos series de hasta 10 repeticiones.
Pronación y supinación de la muñeca: Gira la mano y el antebrazo de manera que la palma de la mano apunte hacia abajo. Luego vuelve a girar lentamente hasta que apunte hacia arriba, repitiendo entre 10 y 15 veces con el codo doblado y al lado del cuerpo.
Ejercicios de bíceps: Siéntate en posición erguida en una silla robusta. Dobla el codo y mueve el antebrazo hacia arriba (puedes hacer el ejercicio con el pulgar o la muñeca hacia arriba), mantén la posición durante uno o dos segundos antes de bajar lentamente el brazo. Repite de 10 a 15 veces.
Ejercicios para la escapula: Mueve los hombros en forma circular hasta lograr entre 10 y 15 repeticiones lentas, en el sentido de las agujas del reloj y viceversa.
Retracción de la escapula: Aprieta los omóplatos y mantén la postura de 3 a 5 segundos. Relaja y realiza otras 10 - 15 repeticiones.
Flexión de hombros con la ayuda de un bastón: Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas, procurando apoyar la espalda baja. Sostén entre tus manos algo como un tubo, un palo de escoba o un bastón, y ayudada por tu brazo mas fuerte, mueve suavemente los brazos hacia atrás hasta que sientas un estiramiento. Mantén esa posición durante 5 a 10 segundos, relaja y repite entre 5 y 10 veces más.
Ejercicios para personas con cáncer de pulmón
En el caso del cáncer de pulmón, el entrenamiento y rehabilitación se dirige principalmente al área cardiorrespiratoria y muscular global, acompañada de técnicas de fisioterapia respiratoria. Algunos de los ejercicios más frecuentes son:
Caminata, ciclismo, natación, baile o cualquier otra actividad física de las consideradas aeróbicas durante al menos 30 minutos día.
Entrena la musculatura de la cintura utilizando botellas con agua o bandas elásticas; con esto es posible mejorar el patrón respiratorio durante las actividades diarias que implican usar los brazos.
Entrena la respiración adecuada ya sea acostado o sentado, tomando aire por la nariz (primero se debería elevar el abdomen y hacia el final las costillas), para luego expulsar por la boca con efecto inverso.
Los ejercicios de limpieza bronquial ayudan cuando se está produciendo mucho moco. Además de beber abundantes líquidos, deberás realizarlos un par de veces al día. Para ello, puedes usar un incentivador volumétrico, que te ayude a entrenar la musculatura respiratoria y flexibilizar la caja torácica.
Ejercicios para personas con cáncer óseo
Al mismo tiempo, si eres un paciente con cáncer en los huesos, es fundamental que realices un programa de ejercicios que incluya actividades osteogénicas; es decir, que supongan un estímulo suficiente para favorecer la creación de nuevo tejido óseo o al menos detener su pérdida.
En este sentido, los saltos y el entrenamiento de fuerza pueden mejorar tu salud ósea y evitar que te fractures un hueso. Algunos detalles al respecto, incluyen los siguientes:
El entrenamiento de fuerza es fundamental para prevenir la aparición de osteoporosis en el cáncer óseo. Además, mejora la estabilidad de todo tu cuerpo, disminuyendo el riesgo a caídas.
Las actividades en el agua pueden favorecer otros aspectos de tu condición física, pero no ayudarán a tus huesos a estar más fuertes.
El uso de plataformas vibratorias es una buena opción, siempre que se usen de manera adecuada.
Los impactos en el suelo al saltar pueden ayudar a mejorar tu salud ósea, pero debes ser consciente que no deben realizarse si el cáncer ha afectado la cadera y/o rodillas.
Relación entre el cáncer y la actividad física
El ejercicio después de un diagnóstico de cáncer de seno, colon o próstata (tan solo por nombrar algunos), es un generador de energía que puede influir en una mayor supervivencia.
Como resultado de muchos estudios, hay evidencias suficientes que denotan los múltiples beneficios de la actividad física, al punto que se aconseja a los sobrevivientes de todos los tipos de cáncer que sigan las mismas pautas de actividad física que se recomiendan para el público en general.
Por supuesto, los ejercicios se deben adaptar a las preferencias y al estado funcional de cada paciente de cáncer.
Aunque puedas pensar que los médicos solo están enfocados en el tratamiento de la enfermedad y no tengan tiempo para consejos; en realidad una parte importante de su función es la de fomentar el ejercicio entre sus pacientes como parte importante del manejo de su salud.
Del mismo modo, establecer que un paciente oncológico físicamente activo puede ser una persona más saludable que alguien completamente sano con hábitos sedentarios, ya dice mucho.
Es por ello que te invitamos a activarte y consultar con tu médico las consideraciones que debes tener en cuenta según tu condición, para que la práctica deportiva continúe formando parte de tu vida.