“Inmediatamente supe la noticia pensé; ¿será que me voy a morir, que será de mis hijos, mi esposo y mi familia no me verá más?”
Esta y muchas otras reacciones conlleva la noticia e impacto que tiene esta enfermedad en la vida de nuestros pacientes y sus seres queridos. La historia del cáncer data de muchos años antes de cristo y aunque se tiene conocimiento de momias de mas de 4000 AC en el valle de los príncipes (Qubbet el-Hawa), los primeros escritos datan del papiro de Edwin Smith. En un caso muy conocido el curandero de la época Inmhotep, describe el caso numero 46 sobre un tumor de mama frio, no doloroso, no supurativo, cuya mejor medicina era “no hacer nada”. Es muy llamativo como a lo largo de los años esto ha ido cambiando tanto y como la ciencia ha avanzado grandemente. Antes realizábamos cirugías destructivas con alta mortalidad y morbilidad para nuestros pacientes y ahora con el paso de los años y teniendo un mejor entendimiento del cáncer hemos sido menos agresivos y con manejos mas complementarios. Con ello hemos logrado alcanzar tasas de curación (sobre todo en cáncer de mama) de hasta 95% en las etapas tempranas. ¿Sin embargo y a pesar de esto como puedes compartir tu conocimiento y tranquilizar a una persona que acaba de recibir una noticia como esta? Aunque conozcas las estadísticas somos seres humanos y la vida sigue siendo frágil desde muchos puntos de vista.
Muchos son los factores de riesgo para el cáncer de mama, desde las mamas densas, patología caracterizada por la falta de maduración del tejido mamario, hasta la obesidad, hormonas, dieta, ausencia o falta de ejercicio, stress oxidativo y psicológico por mencionar algunas, lo cierto es que en los últimos años las cifras de cáncer de mama han ido en aumento. Para el años 2015 la cifra mundial fue de 1,7 millones de casos con 512,000 muertes debido a esta causa, para el año 2020 la cifra subió a 2,8 millones de casos, sin embargo, la mortalidad ha disminuido, esto lo podemos atribuir a varias causas, primero lo estamos se diagnóstica más temprano, con ello el pronóstico y tratamiento mejora grandemente, segundo hemos logrado despertar un interés general en esta enfermedad a través de campañas de promoción y concienciación sobre la detección temprana y prevención, la otra razón no tan buena del incremento del cáncer de mama ha sido el constante bombardeo genético ya sea por factores epigenéticos como asociados a nuestro estilo de vida actual. La curva de cortisol y estrés se relaciona directamente proporcional a la aparición no solo de cáncer sino de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, esto sin hablar del uso de carnes procesadas, grasas trans, dispositivo de plástico (como el bisfenol y el poliestireno), ausencia de actividad física, hiperinsulinismo entre otras.
La batalla es larga y requiere mucho compromiso, en lo personal trato de motivar mucho a los pacientes que tienen el diagnóstico y creo que uno de los puntos primordiales en esta evaluación serían: la fé del individuo a sabiendas que entendemos y aceptamos su fé como parte de su identidad sin juzgar ningún tipo de credo religioso, más bien, apoyándonos de el como un profesional de la salud que entiende que el ser humano no es solo la suma de las partes muy por el contrario una suma integral que nunca ha sido ni será exacta. De tal forma que existe evidencia científica en el paciente que practica alguna actividad religiosa y su calidad de vida y apego al tratamiento.

De igual forma el circulo familiar o “Core Familiar” (núcleo familiar) juega un papel importante en el manejo de la ansiedad, estrés y todas las emociones del duelo llamado cáncer, así como el cuidador o cuidadores principales el grupo familiar consiste en un apoyo incansable para animar y no dejar perder la esperanza a este paciente. Otro acápite importante es la convicción de vivir del individuo, este supeditado a su fé y a su objetivo de vida (“quiero ver crecer a mis hijos y nietos”), con ello el individuo establece metas a largo, mediano y corto plazo, distrae su mente y evita el ciclo continuo de generación de ansiedad por miedo a la muerte.
Por ultimo y no menos importante está la necesidad del manejo de la enfermedad por un grupo idóneo de especialista en la rama de la oncología y digo grupo por el hecho de que no es recomendable que este equipo este separado, la literatura muestra que los equipos multidisciplinarios solo logran su objetivo cuando trabajan por un objetivo en común sin miras a distracciones, este objetivo es primordialmente, acompañar al paciente en cada una de las etapas de la enfermedad, desde su inicio hasta su curación y seguimiento o hasta si se da el caso de una progresión de la enfermedad y fallecimiento, todos estos aspectos deben ser subsanados tanto con el paciente como con el familiar. Dentro del equipo multidisciplinario es importante conocer y reconocer nuestras limitantes y aceptar con humildad nuestra naturaleza humana, hay que reconocer que somos profesionales que hasta cierto punto no podemos relacionarnos con el paciente pero también debemos entender que somos primero seres humanos y que estamos sujetos a padecer errores de juicio por experiencias previas (prejuicios), lo importante es reconocerlos, entenderlos, aceptarlos y superarlos. También se puede dar el caso que proyectemos en el paciente experiencias personales, algún familiar o nosotros mismos y caigamos en exceso de tratamientos o ensañamiento terapéutico sin entender que más seria el daño que el beneficio brindado a nuestro paciente. Una frase que siempre utilizo para este fin es la acuñada al teólogo, escritos y filósofo estadounidense de origen alemán Reinhold Niebuhr: “Señor concédeme la serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”
El autor es hijo, hermano, padre, esposo y médico de vocación.
Dr. Roberto García Castillo